El chacolí, escrito txakolí en euskera, es un vino blanco producido principalmente en 
                el País Vasco a partir de las variedades de uvas hondarribi zuri, munematsa, y, aunque menos 
                extendida, hondarribi beltza. Además del País Vasco, donde la producción se centra en las bodegas 
                de Guetaria y Zarauz, ambas localidades costeras, también existen viñedos en otras regiones 
                españolas como Cantabria y Burgos, y en algunas zonas de Chile. 
                El chacolí es un vino con mucha historia. Aunque no se sabe cuando se comenzó a 
                preparar artesanalmente en las casas o caseríos, se sabe que ya se comercializaba en el siglo XVI, 
                gracias a que se conservan los primeros documentos históricos que hacen referencia al
                chacolí, 
                en la zona de Guipúzcoa. Las primeras referencias vizcaínas datan del siglo XVII. La Denominación 
                de Origen Getariako Txakolina empezó sus trámites en el año 2010 para que fuese denominación 
                exclusiva del País Vasco, hecho que despertó la polémica por parte de los municipios de Cantabria 
                donde también existe tradición documentada de chacolí, por lo que finalmente se aprobó que los 
                términos chacolí, txakoli o txakolina se refiriesen a un tipo de producción de 
                vinos pero sin relación con una procedencia geográfica, por lo que tampoco puede usarse su nombre 
                con fines comerciales en un ámbito de exclusividad. 
                Las mayores producciones de chacolí se encuentran en Guetaria y Zarauz. Los 
                vinos chacolí conservan cierta acidez, debido a que se elabora con uvas verdes, y posee una 
                graduación alcohólica entre los 10, 5º y los 12º volúmenes. Ligeramente
                espumoso, 
                este vino seco y ácido tan debe ser consumido durante su primer año de embotellamiento, no pudiendo 
                ser consumido si se supera el año. Aunque la variedad más frecuente es blanca, de un color amarillo 
                pálido, también existen variedades rojas y rosadas. Los aromas de este vino son principalmente 
                cítricos, su textura es fresca y ácida. Se sirve fresco, normalmente en vasos altos guardando 
                cierta distancia entre la botella y la copa. Esta tradición proviene de antiguamente, debido a que 
                los métodos de producción no permitían una correcta filtración. Con los últimos avances, esto ya no 
                es necesario. 
                Actualmente existen las siguientes Denominaciones de Origen: Arabako 
                Txakolina, de Álava; Bizkaiako Txakolina, de Vizcaya, y Getariako Txakolina, de 
                Guipúzcoa. 
                Hace más de siglo y medio, la producción cántabra de chacolí era muy superior a 
                la producción vasca, concentrándose las zonas de plantación de viñas en Colindres, Meruelo, Noja, 
                Argoños y Arnuero principalmente. Sin embargo, actualmente el chacolí tiene muy poca presencia en 
                esta comunidad autónoma. 
                En el norte de Burgos la producción de chacolí era muy común hasta mediados del 
                siglo XX. De hecho, era tan popular que las tabernas y las bodegas donde se comercializaba con el 
                chacolí, llevaban el nombre de este vino en lugar de llamarse tabernas o bares. En el Valle de Mena 
                se sigue produciendo
                chacolí, 
                aunque no tiene Denominación de Origen, continuando así una tradición de siglos, en 2010 aprobó un 
                proyecto con la pretensión de impulsar esta bebida en la zona y popularizarla como antaño. 
                En Chile, quizá la zona que más llama la atención en cuanto a producción de 
                chacolí se refiere, se produce en el valle de Copiapó y en el valle del Choapa, desde hace décadas, 
                atribuido a la introducción de cultivos europeos, en ocasiones por encargo. De todos modos, el 
                chacolí no es conocido internacionalmente e incluso en Chile, donde existen producciones, se trata 
                de un vino que pasa desapercibido, quedando reducido su consumo a regiones españolas.  |